sábado, 30 de julio de 2011

Al estanque de tu alma (R)

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Imaginé que estabas muy cerca y no necesité palabras para expresar la belleza de tu suave territorio. Soñé que me reconocía en el atardecer de tus ojos y por un instante la tristeza se descolgó de la lámpara.

Llovía en tu pelo.

[foto: paloma corrales]

viernes, 29 de julio de 2011

Con los ojos abiertos

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Esperaba tras todos los vasos
con distintos cristales,
esperaba
sola y precipitada de nostalgia,
esperaba cambiar los gestos anudados
y el vértigo de venas,

esperó seis ajuares y muchas lunas frías
(hasta el final del miedo),

hubiera resistido incluso más,
pero se le llenaron las manos de ayeres
y suplicó despacio: hágase.


[pintura: "a fuerza de  amar(illo)" Luisa Navarrete]

miércoles, 27 de julio de 2011

Una aproximación al desconcierto

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En algunas ocasiones ya he compartido con vosotros la lectura de un libro. No considero que al hacerlo esté haciendo una reseña, o quizás sí. Al fin y al cabo, qué es una reseña.

Me siento hoy delante del teclado con algunas notas tomadas en el jardín para intentar contaros sobre “Una aproximación al desconcierto” (SIM Libros) de Javier Sánchez Menéndez. El motivo, como en casi todo lo que hago, surge del impulso (una es así, visceral), pero también lo provoca —un poco—, el cabreo. Me explico: leí algunas reseñas sobre este poemario después de haberme sumergido en él, y sencillamente me parecen injustas, pobres y escasas, tal vez no leí todas o no supe encontrar las adecuadas, qué sé yo. En cualquier caso, pienso que no se debería hablar de poesía desde la superficialidad ni desde el compromiso. No, no se debería. Es una falta de respeto para aquél que plasmó sus versos y se atrevió a compartirlos. La poesía es muchas cosas, pero por encima de todas: es esa búsqueda de lo inasible que bulle en el interior, y, por tanto, un riesgo.

No diré que “Una aproximación al desconcierto” ve la luz después de quince años de silencio poético del autor. No es del todo verdad. J.S.M ya había anticipado algunos de sus poemas en su blog La vida al filo de la espada, y es indudable, que, prácticamente a diario, allí comparte sus reflexiones sobre la vida y el mundo, y lo hace con mucha poesía.

“Una aproximación…” como su propio título indica, te desconcierta porque te remueve con absoluta sutileza. De una sencillez asombrosa, se nutre de versos despojados y directos. El mismo autor define su poemario como “un ejercicio lírico desde el centro del alma”.

Dividido en cuatro partes, yo diría tres y un broche final, te atrapa por lo esencial. No creo que haya una sola palabra al azar. El poeta elige su forma de decir, su expresión, y —desde su propio caos—, nos muestra sus diferentes “yo”, unas veces con lúcidas contradicciones, y otras con metafísica seductora y cotidiana, sin faltar destellos de ironía inteligente. Aproximarse al desconcierto no proporciona ninguna respuesta, sino todo lo contrario: sólo preguntas. No he podido dejar de interrogarme a mí misma según iba desgranando poemas, y eso, ya es un auténtico triunfo poético.

Los dos primeros poemas son un ejercicio de memoria, una vuelta atrás, a la infancia y a la adolescencia. Su lectura te enlaza a empatizar con la ternura (no siempre manifiesta) del poeta y con sus primeras experiencias. Es fácil llegar a la inmediata conclusión de que la poesía llegó pronto a la vida de Javier Sánchez Menéndez, por no decir que estuvo siempre. Toda esa primera parte, “Las limitaciones del lenguaje”, es vivencial, como si fueran poemas-cicatrices (Puerto Real, 1967; Primer amor; etcétera...), intercala recuerdos de un tiempo que revierte, y lo hace casi de una forma contenida; el pasado y el futuro del poeta son también su presente: “Toda una vida para conocerme/ y ya ves:/ estoy aquí:/ cansado del destino/ y de la muerte.”

“Ataques de cordura” o la genialidad del minimalismo, es la segunda parte de este poemario. Poesía condensada, no siempre diáfana, pero quizá esa pizca de encriptamiento la hace doblemente apetecible, como si para averiguar la intención del poeta, el lector tuviera que trasfundirse a la chispa creadora que engendró ese Ictus o ese Lapsus: “Impredecibles/ hicieron el amor/ muertos de miedo.” Esta segunda parte es como el sorbete necesario entre dos exquisitos platos. Para recapacitar y sentir algunas de las “sentencias” sorpresivamente reveladoras. Mini poemas (¿haikus?) con textura de lo incisivo y lo inminente.

Los siguientes diez poemas conforman la tercera parte del libro, “Clases particulares”. Si en la primera parte el tiempo revertía, en ésta, parece que el poeta estuviera fuera de él. Poemas profundos, con una densidad diferente, que como relámpagos desconcertantes transportan a zonas impenetrables del pensamiento y la existencia: “Una admiración siempre es incompatible/ y la actualizamos en torno a la palabra:/ el destino es el amor del hombre.”

En el poema “Todos los ejercicios” aparece un término inventado por el autor, histeriagrafía, que según su propia definición: “es el acto de redimir las culpas propias y ajenas mediante un verso.” Tengo la impresión (así me llega), de que ese es, justamente, el leitmotiv de todo el poemario. Para mí, su histeriagrafía, la de Sánchez Menéndez, es la piedra angular de “Una aproximación al desconcierto” y su hilo conductor.

Una vez más, y como siempre que comparto la pasión por un libro me estoy extendiendo, así que antes de aburriros, quiero deciros que el poemario se cierra con un magnífico e imprescindible poema “Segunda inclinación”, que ha merecido una subdivisión aparte “Última partida”. J.S.M no podía haber encontrado mejor forma de despedirse que regalarnos un surrealismo lleno de símbolos que te deja pensando en lo posible de lo imposible y en sus matices.

Escribí una vez un poema titulado “Leer en azul” que decía (cito de memoria): y entre el silencio y la palabra reconocer una vida superpuesta y transmutarla como propia. Así he leído “Una aproximación al desconcierto”. Así lo he sentido. En azul.


Gracias, Javier, mil gracias.


* Podéis adquirir cualquier ejemplar de SIM/Libros solicitándolo por correo electrónico a simlibros@gmail.com El libro se envía a lo largo de los siguientes cinco días laborables después del ingreso por cuenta bancaria. Sin gastos de envío para España.


martes, 26 de julio de 2011

Y una lámpara azul

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Ya veo la bala en mi cabeza.
José Luis Zúñiga

El miedo no me deja.
Me muerde cada noche las entrañas,
me tiembla con los grillos y calla lo fugaz.
Entonces lloro
por la nieve y la escarcha,
por la lluvia imborrable,
y por todos los árboles que mueren de tristeza;
lloro por ti y por mí,
por el gato que habla y los peces sin agua.

Lloro porque perdí mi último secreto
y una lámpara azul,
por la voz transitiva y el verbo paciente,
lloro porque no soy,
y, sin embargo,
sé que veo la bala en mi cabeza
y que será, sin duda, el día de mi muerte,
cuando ya no paseen los adverbios
por las calles sin sal.

Lloro la soledad del mediodía
con las nubes de ayer
y el futuro que dicen las gaviotas.
Lloro a pesar de todo,
solamente, que el miedo no me deja.

viernes, 22 de julio de 2011

Dicen que fue en el río

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Ignoraba que un día los guijarros
serían su naufragio,
que la fuerza sostiene tanto como derrumba
y que una simple rana,
en su viscosidad, alcanza la medida
exacta de lo inédito,

por no saber, siquiera imaginaba
que detrás de un zumbido
hay otro, y después otro, y así infinitamente,
que las sombras son sombras
y los números soldados febriles,
que las vetas de mármol lloran siempre
espejos desnutridos,
y que el río, también es implacable;
no recuerdo su nombre,
apenas un dolor de pupitre confuso.

No tenía noción de lo cercano,
y sin embargo, nunca se alejó bastante.

(con) versando con Santi Tena

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Poesía al viento con Santiago Tena, casi debería ser el título de este (con) versando que podéis ver:



Poeta de férreas convicciones, tan sincero como intenso. Compartió sus versos desde esa serenidad que le acompaña en los últimos tiempos, nos explicó cómo elige libremente su expresión y cómo ha ido evolucionando en las distintas etapas.


Gracias, Santi, mil gracias por ti y por tu tiempo, espero que Natalia nos haya  perdonado el retraso.
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lunes, 18 de julio de 2011

Enigma

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No consigo entender la desazón,
y a pesar de tus ojos
—pixelados de dudas amarillas—,
me alberga ese sabor
a humus nada exigente
que me capilariza las palabras.

Me vuelvo del revés
como si no quisiera detener
la niebla y los abrazos
que me aspiran las ganas de seguir
tejiendo una larguísima bufanda
de gestos inservibles.

No consigo entender la desazón
(¿tendré que redimir
la culpa del desorden en diciembre?).
Es por eso que escribo
con algas y medusas,
por no temblar la nieve ni la nada.

sábado, 16 de julio de 2011

casi intacta





y por qué tengo ganas de llorar
si acabas de besarme como siempre,
con el mismo y antiguo beso
de hace tantos, tantísimos otoños,

y por qué este cansancio de azufre
que me viste de sal y espuma
y me muere y me mata de soslayo
cuando aún no me he cumplido,

¿por qué esta sed de tierra?

jueves, 14 de julio de 2011

desmemoriándome (con voz)

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Me duele sólo el alma.
Nada grave.
Ángel González



te busco
al fondo de tu taza de café,
no por leer los posos, sino por la sospecha
de que la última gota, acaso por descuido,
acarició tu lengua,
te sueño
en lo abstracto del aire
(esta manía mía de ser pájaro),
te vivo
donde casi se quiebra la memoria
—tan breve como ronca—,
en el acento interno de este verso,
en el laurel, la brisa y los gorriones,
lo sé, lo hago,
y lo hago con el único propósito
de absolver tu ausencia
sin ninguna tristeza, solamente
como un acordeón ensimismado.

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viernes, 8 de julio de 2011

(con) versando con Batania

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Si hay alguien que no necesita presentación, y mucho menos en el mundo de los blogs, es él: Batania.

 

Un poeta diferente, con una voz que se eleva por encima de la media porque tiene el tan difícil sello de lo auténtico. Yo dudé al presentarlo, ya intuía que su mismo nombre encerraba parte de su propio misterio y quise que nos lo contara...


En algunos momentos de la conversación me recordó a los poetas viscerealistas de Bolaño, en otros me hizo reflexionar sobre la coherencia (él es muy coherente, a pesar de sus aparentes contradicciones), también es tierno, aunque no le guste reconocerlo, lector empedernido y líder, esto último quizás sin convencimiento, pero es un hecho.

Sus blogs:



Gracias, Batania, porque, como en todo lo que haces y a pesar del ruido que en ocasiones nos impidió la concentración, te entregaste y fue apasionante escucharte. Muchas gracias.

[foto: Santi Tena]

martes, 5 de julio de 2011

Un verso

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A José Luis Zúñiga, in memoriam

Un verso, un solo verso,
que tuviese la libre disección
de no reconocer el bien ni el mal,
tan sólo uno,
que traspase las dudas
y el misterio que vive en la pared
cuando tú te conviertes en todo lo incorpóreo
que me habita;
un verso, un solo verso de eximia jerarquía
que pudiera explicar el asombro del barro
y cómo se involucra
tu razón en mi diálogo,
la cruz y el desconsuelo,
el agua con las algas,
la voz con el silencio,

sólo un verso
de doble dirección en la experiencia,

un verso, un solo y único verso.

[foto: Noelia Palafox]

domingo, 3 de julio de 2011

Prevalecerme

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Si cantan los gorriones y crece la yerba, existe un lejanísimo pretexto donde la soledad puede no ser irremediable. Entonces, convocaré tu voz a la paciencia de los gusanos de seda, a lo celeste y lo desconocido.

Y así, prevalecerme.

viernes, 1 de julio de 2011

Es un hecho (R)

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Es un hecho que te amo
en las supersticiones cotidianas
para reconciliarme con los versos
iguales a la cosas,
en la vid que se yergue ajena a su destino,
sin justificaciones,
con la insistencia de un cauce sin agua.

Camino sin zapatos,
recojo las palabras mojadas de tristeza,
las visto guerrilleras de los días
y sigilosamente
deposito una a una en tu ventana,
para pintar de rojo
tu nostalgia de calle solitaria.

Es un hecho, sí, te amo
como la lenta luz
que llega con la noche repentina
y refulge expectante,
lo saben mis caderas que tiemblan obstinadas
y lo sabe mi voz al pronunciarte
en los silencios ásperos.

[foto: extraída de la red]

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Hoy ha sido un día extraño y como todos los días extraños lo cotidiano se ha tambaleado hasta casi la tortura en lo doméstico y en lo laboral. Me preguntaba si no he estado, en cierta forma, predispuesta a que todo ocurriese así. Hasta qué punto no somos responsables de lo que nos acontece, o al menos, de cómo lo procesamos… Pues eso, en realidad, y haciendo un símil taurino, quería cambiar de tercio colgando un poema nuevo, como no he tenido ni el tiempo ni las ganas os dejo éste que escribí en enero, a ver si acabamos con la impertinencia ensombrecida del treinta de junio.

Gracias a todos los que me leéis (a los que dejáis huella y a los que no). Se os siente cercanos y reconforta.

Abrazos y besos.

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